Técnicas quirúrgicas

Nuevas técnicas en el tratamiento de la HBP

El tratamiento quirúrgico de la Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP) está indicado en todos los pacientes en los que persiste la sintomatología del tracto urinario inferior a pesar de estar con tratamiento médico adecuado; en los que presentan complicaciones como la retención de orina, infecciones de repetición, divertículos vesicales, formación de cálculos, hematuria (sangre en orina) e insuficiencia renal y en aquellos que deciden inicialmente la cirugía electiva para evitar los efectos secundarios de tomar un medicación de forma crónica.

La Resección Transuretral (RTU) de próstata


Ha sido, hasta la fecha, la intervención más común para el tratamiento quirúrgico de la Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP). La RTU de Próstata se ha considerado como técnica “gold-standard” en aquellos pacientes con próstatas de un volumen entre 30-80 gramos, reservando la cirugía abierta, Adenomectomía retropúbica o transvesical, para pacientes con volumen prostático superior a 80-100 gr.

Pese a la reducción de la morbimortalidad en los últimos años, la RTU de Próstata sigue asociada a numerosas complicaciones; como sangrado (con tasa de transfusión entre 3 -13 %); síndrome post-RTU (1.4%) o disfunción eréctil (6-10%) lo que ha condicionado la aparición de múltiples procedimientos en el ánimo de disminuir el número de complicaciones manteniendo similar eficacia.

Entre estas nuevas alternativas destacan las técnicas de vaporización Prostática con energía plasmakinética, láser Greenlight o láser verde y las aún más novedosas el Urolift y el Rezum.

Láser verde


La fotovaporización de la próstata con láser verde es una técnica muy segura, no produce sangrado y es tan eficaz como la cirugía tradicional de la próstata. El paciente esta hospitalizado menos de 24 horas, se va a casa sin sonda y puede reanudar sus actividades habituales a los 2 ó 3 días evitando realizar esfuerzos.

La terapia con láser verde (Green Light XPS) es un procedimiento mínimamente invasivo. Se introduce una pequeña fibra por el conducto de la orina (uretra) y a través de esta fibra se trasmite una energía láser de alta potencia que vaporiza selectivamente el tejido prostático de manera rápida y efectiva. Simultáneamente fotocoagula los vasos sanguíneos, evitando la posibilidad de sangrado. Este mínimo sangrado es una de las grandes ventajas del láser verde. El láser verde (Green Light) no produce necrosis profunda y ocasiona menos síntomas irritativos que producen otros sistemas de láser o la RTU de próstata.

Consecuencia de la evidencia científica aportada, en estos momentos, las guías clínicas determinen que la vaporización láser greenlight es una alternativa a la RTU de Próstata, en pacientes con próstatas pequeñas-medianas (menores de 80-100 gr) y de especial interés su uso en pacientes en tratamiento anti-coagulante o con alto riesgo cardiovascular.

Ventajas:


La perdida de sangre es mínima. El efecto de fotocoagulación del láser verde hace que sea una técnica muy indicada en pacientes con antiagregantes y anticoagulantes.
La sonda vesical puede retirarse a las 12 – 24 horas. Con la RTU la sonda se retira a los 5-6 días.
La estancia hospitalaria es de unas 24 horas. Con la RTU el paciente permanece en la clínica 4-5 días.
Se produce una mejoría inmediata del flujo urinario.
Menos de un 1% ha referido disminución de la erección.
En 2 ó 3 días pueden realizarse las actividades habituales, evitando los esfuerzos importantes.

Urolift


El sistema UroLift® actúa separando mecánicamente los lóbulos prostáticos obstructivos sin necesidad de resecar ni de provocar daño térmico sobre el tejido prostático. Los lóbulos prostáticos laterales son desplazados hacia la cápsula prostática expandiendo la luz de la uretra, y mediante unas pequeñas suturas, se mantiene la compresión de los mismos y así la uretra prostática permanece abierta.

Debido a toda la evidencia existente sobre el sistema UroLift®, la FDA (US Food and Drug Administration) aprobó en Septiembre de 2013 el sistema UroLift®, y la NICE (National Institute for Clinical and Health Excellence) también hizo lo propio en Reino Unido en Febrero de 2014. En Septiembre de 2015 aprobó el UroLift® como seguro y efectivo, y protector de la función sexual masculina, e incluso coste-efectivo en una revisión económica, por tanto, recomendó el dispositivo UroLift® y el procedimiento para su uso en el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS, National Health System).

El implante UroLift® (NeoTract INC., Pleasanton, CA, USA) es un implante permanente que consiste en una sutura de monofilamento (tereftalato de polietileno, PET no reabsorbible del calibre cero), con un retractor capsular de nitinol (0.6 mm de diámetro x 8 mm de longitud) en un extremo que es el que atraviesa el lóbulo prostática hasta el espacio extracapsular, y una pieza de acero inoxidable en la uretra prostática (8 mm x 1 mm x 0,5 mm).

La sutura de monofilamento del implante permite otras intervenciones en el futuro incluyendo la RTUP o mediante técnicas quirúrgicas con láser.

Ventajas:


No hay afectación de la función sexual ni eyaculatoria.
El resultado endoscópico puede ser inmediatamente confirmado tras el procedimiento.
El procedimiento puede ser realizado bajo anestesia local.
No es necesario el sondaje vesical en la mayoría de los casos.
Los pacientes refieren mejoría importante ya a las 2 semanas de la intervención.
No impide ni dificulta la futura realización de RTUP o fotovaporización prostática con láser.

Rezum


Es una técnica muy novedosa que consiste en la inyección de vapor de agua en la próstata, lo que provoca la necrosis del tejido (muerte celular), que es después eliminado por el propio cuerpo solventando los problemas ocasionados por el crecimiento de la próstata en el paciente. La intervención se lleva a cabo a través de la uretra y no requiere ingreso, por lo que puede realizarse de forma ambulatoria.

Entre las ventajas de este nuevo procedimiento está que consigue preservar la eyaculación anterógrada en hasta un 96% de los casos, y su rapidez, puesto que tan solo son necesarios entre tres y siete minutos para realizarse. Sin embargo, es una técnica que también tiene sus limitaciones. Solo puede aplicarse en pacientes con próstatas que no superen los 100 gramos.

A partir de las dos semanas el paciente empezará a notar que mejora en su sintomatología, aunque no será hasta los tres meses cuando se consigan los máximos beneficios.

Con este procedimiento, además, se preserva la próstata y todas sus funciones, al ser mucho menos radical que otras técnicas.



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